El principio de no compensación

El principio de no compensación forma parte de los Principios Contables Generalmente Aceptados y establece la prohibición de compensar los saldos de unas cuentas contables con otros.

En concreto, no se permite compensar partidas de activo con partidas de pasivo o bien ingresos con gastos. Dicho de otro modo, no podemos compensar lo que debemos con lo que nos deben.

El objetivo de este principio se basa en que si se compensan cuentas, se puede perder información valiosa que no quedaría reflejada en las cuentas anuales y por tanto no quedaría adecuadamente representada la imagen fiel, ni del patrimonio, ni de la situación financiera, ni los resultados de la empresa.

Ejemplo:

La empresa ABC tiene un cliente XYZ que le debe 10.000 €. A su vez XYZ es proveedor de ABC y le ha prestado servicios por valor de 6.000 €

En virtud del principio de no compensación, es necesario que ambas empresas emitan las correspondientes facturas y que ambas contabilicen su ingreso y su gasto. Obviamente, lo que sí pueden hacer, es compensar los saldos pendientes y liquidarse entre ellas la diferencia, que en este caso sería de 4.000 €.

Lo que quedaría prohibido por el principio de no compensación, sería, en este caso, hacer una única factura por la diferencia de 4.000 €.